La Navidad es una de esas situaciones que nos «obliga» a hacer muchas cosas que no queremos. Se espera de nosotros que vayamos a muchos compromisos, nos llevemos bien con mucha gente y nos reencontremos con seres «queridos». Lo cual puede ser muy agotador.

Se supone que, al igual que hicieron franceses y alemanes en la navidad de 1914, nosotros tenemos que firmar ciertas treguas durante estos días. Es decir, estar con gente con la que no queremos estar, hablar con quien no queremos, estar donde no nos apetece… En fin, un lío. Por eso quiero compartir algunos consejos para sobrevivir a estas semanas tan peculiares.

1419273511_368094_1419274355_album_normal.jpg

No hagas lo que no quieras. En realidad, todos los consejos podrían resumirse en este. Nos han vendido que la Navidad es algo especialísimo y muy importante, cuando realmente solo es un cambio de año. Sí, hay mucha gente que valora estas fiestas muchísimo y pretenden que nosotros también les demos esa importancia, pero a lo mejor no nos apetece. Si realmente no quieres visitar a los suegros o cuñados, si no quieres ir a esa comida tan pesada o no quieres coincidir con los compañeros del curro, ¡no vayas! Nadie te obliga. Lo que piensen los demás de tu ausencia, si es que piensan algo, es cosa suya, no tuya. ¿Recordáis la asertividad?

Aprende a decir «no». Otro consejo universal. Hay que decir NO a miles de cosas, como esa comida, esa cena, esa quedada para tomar el champán, las uvas de fin de año, repetir el postre horrible de tu suegra, otra copita de moscatel… No hace falta dar explicaciones ni justificarse, ni siquiera repetir NO miles de veces. Con una debería ser suficiente y el que insiste demasiado es… un pesado.

Mentalízate de que hay otros puntos de vista. No sé vosotros, pero a mí me gusta la Navidad por las comilonas (sí, me gusta comer). Y no me gustaría que una discusión de política o religión me atragantase el delicioso cordero que hace mi madre. ¿Cómo lo consigo? Pues entendiendo que estos días no son para eso. Si realmente quiero discutir con alguien, lo mejor es no hacerlo en estas fechas, sino buscar algún otro momento para hablarlo. Si cada vez que te juntas con ciertas personas en Navidad acabas discutiendo, acabarás asociando Navidad = problemas y detestándola cada vez más.

¡No gastes lo que no tienes! Parece evidente, pero los regalos en Navidad no deberían ser enormes, majestuosos y carísimos. Basta con un detalle. He visto a gente pasar penurias con tal de comprar un regalo carísimo. ¿Creéis que a la persona que lo recibe le gustaría saber lo que os ha supuesto comprarle eso? Oye, que a lo mejor le da igual, en cuyo caso mejor no volver a comprarle nada.

Ojo a la comida. Se asocia Navidad con terribles harturas de comida. Error. Sobre todo si intentas cuidar un poco lo que comes, ¿por qué no hacerlo en estas fiestas? Una cosa es permitirse algún exceso y otra es que todo diciembre y medio enero sea un exceso continuo. Aprende a decir que no a la comida y la bebida, evita pasar hambre para «compensar» la enorme cena que te espera, no repitas de todos los platos, deja algo en el plato, etc. No comas por agradar a los demás. Si cada año acabas medio muerto con los platos que te hace tu madre, igual este año hay que exigir menos comida.

– En general, tómate estas fiestas como unas vacaciones de la rutina (trabajo, estudios, etc.) y no como un compromiso. Si acabas las vacaciones más cansado y harto, algo estás haciendo mal: igual es hora de plantarse. Intenta hacer las cosas que realmente te gustan y te apetecen. Puedes ceder ante algún compromiso, pero no cedas ante todos.

Acerca de Maxi

Psicólogo General Sanitario. Consulta privada.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s