La infidelidad es uno de los sucesos que resulta más destructivo para una pareja. Es habitual que una infidelidad por parte de uno de los miembros conduzca a la ruptura de la pareja, aunque no siempre es así.
¿Qué es una infidelidad? A grandes rasgos, es tener una relación romántica o física con una persona ajena a nuestra actual pareja. Hay quien opina que al infidelidad puede ser de pensamiento, sin llegar a tener relaciones con terceras personas. Para otros, también es una infidelidad una relación a distancia, o a través de las redes, o simplemente una relación de trabajo estrecha, sin que llegue a haber atracción ni deseo de por medio. Parece ser que hay tantas ideas de lo que es la infidelidad como personas.
La infidelidad es una ruptura de los contratos (firmados sobre el papel o no) que aceptamos cuando iniciamos una relación. Estos contratos o convenios incluyen querer a tu pareja, serle fiel, ayudarle, tener relaciones con ella… y cualquier cosa en la que dos personas se hayan puesto de acuerdo y hayan incorporado a su relación de pareja. Las relaciones de pareja y sus reglas internas son un problema humano: no se trata de construir un puente o diseñar un motor, si no de sentimientos y pasiones. Por lo tanto, una infidelidad no tiene por qué seguir reglas lógicas y no tiene una solución precisa y perfecta.
Al hablar de una infidelidad hay que distinguir entre el hecho concreto que ha sucedido y nuestra reacción ante ese hecho.
- El hecho en cuestión no tiene por qué ser tan importante. Imaginemos el típico lío de una noche: ¿es tan horrendo? Si pudiésemos verlo dentro de veinte años ¿seguiría pareciéndonos tan catastrófico? ¿Realmente ese lío ha cambiado tanto a la persona que lo ha cometido, a nosotros o a nuestra relación? ¿O más bien somos nosotros los que hacemos un mundo de ellos y todo cambia en nuestra menta? Lo cual me lleva al segundo componente de la infidelidad…
- Nuestra reacción ante los cuernos. Cómo nos tomamos el asunto. Aclaremos algo: nadie se lo toma bien. Pero dentro de ese dolor, podemos tomar una actitud catastrófica y romper con todo, o intentar ser más constructivos. La infidelidad es vista como una cosa abominable, especialmente si es la mujer quien la comete (¿por qué?), que merece nuestra venganza y desprecio. Por un desliz de muy poca duración, tiramos por la borda relaciones de años en las que hemos invertido esfuerzo y tiempo.
Parece un poco desproporcionado, ¿verdad? Con todo esto no quiero animar a poner los cuernos a diestro y siniestro, ¡al contrario! Lo que intento es relativizar. Los cuernos nos indican que algo va mal en la relación, aunque el hecho en sí sea poco importante si lo vemos objetivamente. La monogamia es muy rara en el mundo animal. Se trata de un invento humano, y ni siquiera todas las sociedades la practican igual. Cuando decidimos romper esta costumbre y «traicionar» a nuestra pareja, suele ser indicador de que hay algo que no funciona. Por desgracia, nos preocupamos mucho de qué hizo, dónde y con quién, pero muy poco del por qué… y quizás sea lo primero que tenemos que evaluar.
Menos fijarnos en el cómo y más solucionar el por qué.
Podemos torturarnos toda la vida pensando qué hicieron nuestra pareja y su amante, dónde lo hicieron, cómo empezaron su relación, cómo es él/ella en la cama o qué ropa interior usa… para nada. Todo este dolor no nos ayuda. Al final, la pregunta qué importa es ¿por qué? Y de la respuesta a este pregunta depende si podemos solucionar esto, si podemos perdonar, si volverá a pasar y si debemos dar por finalizada la relación. Por ejemplo:
«Lo hice porque me siento total y absolutamente ignorada por mi marido»: posible solución, terapia de pareja, hay que hacer más caso a esta mujer.
No es lo mismo que:
«Lo hice porque no me interesa lo más mínimo seguir con esta relación»: hay que echar el cierre e irse cada uno por un lado.
Es muy difícil reflexionar sobre esto en plena tormenta emocional tras una infidelidad. Pero si lo conseguimos, podremos decidir si merece la pena luchar por la relación y perdonar o si lo correcto es terminarla.
Próximamente: ¿es posible superar una infidelidad?