Érase una vez un caminante en medio de la montaña. A lo lejos divisó un gran rebaño de ovejas dirigidas por un rústico pastor. Como no tenía mucho que hacer, se acercó al hombre y le preguntó:
—¿Qué tiempo vamos a tener hoy?
El pastor se levantó la gorra y respondió:
—Sin duda, el tipo de tiempo que más me gusta.
El forastero se quedó sorprendido por la réplica y dijo:
—¿Cómo demonios sabe que hará un tiempo de su gusto?
Y el pastor, mostrando la sabiduría propia de la gente sencilla, concluyó:
—Amigo mío: como hace tiempo que averigüé que no siempre obtengo lo que quiero, he aprendido a apreciar lo que tengo. Por eso sé que hoy hará un día fantástico.
Sabia forma de ver la vida. Me apunto
Cuando se presentan contrariedades y momentos difíciles, pese a no poder cambiar la situación, se puede cambiar la actitud. Deberíamos ser más como el pastor :))))