La depresión es uno de los trastornos psicológicos más frecuentes. Se estima que un 20% de las personas pasarán por un cuadro depresivo en su vida, y un 6% de la población ha pasado por uno en el último año. La depresión puede convertirse en un trastorno grave para quien lo sufre. Actualmente es una de las principales, si no la principal, causa de discapacidad en el mundo. Afortunadamente, la depresión es tratable.
Solemos llamar depresión a un conjunto de síntomas caracterizado sobre todo por la infelicidad, el abatimiento, la culpa y la dificultad para disfrutar de vida (anhedonia). En psiquiatría y psicología se distinguen varios tipos de trastornos depresivos: trastorno depresivo mayor, trastorno distímico o trastorno adaptativo con estado de ánimo depresivo son solo algunos de los subtipos. Hay diversas teorías que intentan explicar por qué algunas personas sufren depresión y otras no, incluso personas que han vivido las mismas experiencias y llevan vidas similares. Lo cierto es que no parece haber una única causa de la depresión, por lo que se considera un trastorno multifactorial. Hay eventos que influyen en la aparición de una depresión, como desengaños amorosos, accidentes, enfermedades, malas noticias, abuso de sustancias, cambios importantes en nuestra vida…
Ideas erróneas sobre la depresión
Depresion no es tristeza. La tristeza es un sentimiento temporal, mientras que la depresión es un estado que suele ser más largo. La tristeza puede durar días, semanas o meses en el peor de los casos. La depresión, años. La tristeza aparece por algún evento de la vida (ejemplo: nuestra mascota ha muerto) o ante la perspectiva de algo negativo que se avecina (ejemplo: la melancolía que experimentamos los domingos ante la inminencia del lunes), mientras que la depresión puede aparecer sin que haya un motivo concreto. Por último, en la depresión hay sentimientos de culpa, falta de energía, dificultad para disfrutar, que no están presentes en la simple tristeza.
Depresión no es debilidad. Tradicionalmente se asocia la depresión con una «debilidad de carácter». Nada más lejos. La depresión puede afectar a cualquier persona, fuerte o débil (eso si es que existen personas fuertes y personas débiles). Personas con muchos recursos, inteligentes, y muy bien adaptadas, han caído víctimas de la depresión. La depresión no distingue entre personas ricas, pobres, inteligentes o tontas.
Depresión no es vagancia. Las personas con depresión han sido tachadas muy a menudo de vagas. Es cierto que algunas personas «aprovechan» los síntomas para ser cuidadas o atendidas por amigos y familiares, pero son minoría. La persona con depresión quiere salir del pozo en el que está, quiere recuperar su vida, y quiere disfrutar de lo que antes le ilusionaba.
Depresión no es «estar loco». La depresión es un trastorno tratable. Del mismo modo que si nos rompemos una pierna nuestra movilidad se ve reducida, cuando la depresión nos ataca se ve afectada nuestra capacidad de vivir. Y lo mismo que una pierna puede tratarse sin que la persona quede inválida, podemos tratar la depresión para que la persona mejore su estado. La depresión no es una locura.
Segunda parte de este artículo: ¿qué hacer si detecto síntomas de depresión?