Todo el mundo sabe algo sobre lo que hace un psicólogo. Por desgracia, casi todo lo que sabemos es falso.
Los psicólogos son carísimos. No lo son. Un psicólogo honesto te tratará en el menor número posible de sesiones. Los psicólogos preferimos que nuestros clientes mejoren a tenerlos eternamente en consulta. Lo importante es un tratamiento adecuado y ajustado al problema. No por ir más veces o pagar más al psicólogo los resultados van a ser mejores. Si comparamos el coste monetario de una terapia con las consecuencias del problema que nos llevó a consulta, veremos que no es tan caro.
Las terapias duran años o toda la vida. No es así. Como he dicho, no queremos tener a gente perpetuamente en nuestra consulta. Por desgracia, es difícil decir cuántas sesiones va a necesitar una persona, pero los psicólogos no alargamos artificialmente las terapias. Antiguamente, cuando lo que se llevaba era el psicoanálisis, una persona podía pasarse muchos años yendo a consulta. Pero los tiempos y las terapias han cambiado y ahora nadie está años yendo semanalmente al psicólogo (el coste sería astronómico). Cuando el paciente va mejorando, el propio psicólogo le propone ir espaciando las consultas. De acuerdo, algunos casos son «crónicos» y la persona puede requerir visitas puntuales al psicólogo durante años o toda su vida. Pero incluso en estos casos, la persona puede pasar por la consulta una vez cada varios meses, lo que no es demasiado.
El psicólogo es para locos. Los locos (que los hay) no van al psicólogo. Van al psiquiatra, probablemente obligados, y tienen problemas mucho más graves que ir o no ir al psicólogo. Las personas que pasan por la consulta son gente de todo tipo, con todo tipo de problemas. No es necesario tener un trastorno «clínico» para beneficiarse de la ayuda terapéutica de un psicólogo. Incluso esas personas que llamamos «locos», cuando ha pasado lo peor, acuden al psicólogo para que les ayude a entender qué ha pasado y les eche una mano para enfrentarse a futuras crisis. Así que podemos decir que no hay más locos en la consulta de un psicólogo que fuera de ella.
Mi problema no tiene importancia, no es un problema de verdad viendo lo que se ve por ahí. Es posible. Tal vez lo que te pase sea una de esas cosas de la vida que nos ocurren y nos hacen la vida más difícil: rupturas, despidos, divorcios, hijos rebeldes, un trabajo estresante… Y ¿sabes qué? Que las «cosas de la vida» son la causa de un enorme número de consultas. A veces la vida nos supera y necesitamos alguien que nos escuche y nos ayude de forma objetiva. A veces, solo el contar nuestras penas a alguien nos ayuda a organizarlas en nuestra cabeza y a ver la luz al final del túnel. A veces, una sola sesión ayuda a la persona a tomar esa decisión tan difícil, a buscar una salida, a ver las cosas de otra forma. No es necesario tener el mayor trastorno del mundo para ir al psicólogo, ya que hay cosas a las que concedemos poca importancia pero nos hacen sufrir enormemente. ¿Por qué sufrirlas en soledad?
Yo no tengo solución. ¡Vaya! Qué negativo. Todos los problemas pueden mejorarse. No existen soluciones perfectas, pero siempre hay sitio para la mejora. A veces las personas que piensan así han pasado por más psicólogos y no sienten que hayan mejorado lo suficiente. O han sufrido durante tanto tiempo que ni siquiera imaginan que pueda haber una vida diferente para ellos. En estos casos, lo más valiente es decidir darle una oportunidad al profesional y «arriesgarse» a acudir a terapia. Lo peor que puede pasar es que… nos quedemos como estábamos. En casos así, cualquier pequeña mejoría es muy gratificante tanto para el paciente como para la persona.
Son otros los que tienen el problema, no yo. Puede ser (habría que evaluarlo). Pero las cosas son como nosotros nos las tomamos, y no podemos cambiar a otros: solo a nosotros mismos. Así que si estás en una situación en la que sufres «por culpa de» otros, tal vez un psicólogo pueda ayudarte a tomarte las cosas de otra manera y a sufrir menos por lo que hacen los demás.
Eso de interpretar los sueños no vale para nada. Cierto. Por eso no lo hacemos. Solo algunos psicólogos que hacen psicoanálisis interpretan sueños. El 99% de nosotros sabemos que los sueños son simple actividad cerebral durante el sueño y no son interpretables.
No creo en los psicólogos. Lo bueno que tiene la psicología es que se basa en la ciencia, y por eso funciona aunque no creas en ella. Las técnicas que usamos en consulta se basan en estudios serios sobre lo que funciona y no funciona para tratar un determinado trastorno o situación. Si realmente te debates entre acudir al psicólogo y tu «no creencia» en lo que hace, tal vez debas llamarlo y consultarle tus dudas. ¡Seguro que le encantará responderte!
Yo ya estoy tomando medicación o Si voy al psicólogo me medicará. Los psicólogos no podemos dar medicación a los pacientes. Son los psquiatras los que se encargan de ello. La medicación es muy útil en determinados casos, regula nuestro organismo, controla los síntomas más graves, etc. Por desgracia la medicación no va a la raíz o causa del problema, y es ahí donde entra el psicólogo. Ambas cosas no son incompatibles, de hecho es frecuente que una persona tome medicación y vaya al psicólogo. Es perfectamente normal.
¿Se os ocurren más mitos o falsas creencias sobre las consultas de psicología? Si es así, añadidlas en los comentarios.
Siempre que pensaba en un psicólogo me venía la imagen a la cabeza de una persona mayor, con barba,gafas y su chaleco de punto. En un despacho, algo lúgubre (como si fueras a contar algo espantoso) en el que no podían faltar el péndulo con esas bolas plateadas, que iba a usar para hipnotizarte, claro. Nada mas lejos de la realidad, ¡menuda sorpresa me lleve! Y otra de las más comunes, es cuando le dices a tus amigos que vas al psicólogo y te responde: esos son unos «come cocos» no te dejes que te laven el cerebro. A ver como explicas tú que un psicólogo es un guía, la decisión de hacer o no hacer algo depende de ti.
¡Yo también he oído esa descripción anacrónica de un psicólogo! Y debo decir que cuando era más joven, yo también creía que un psicólogo sería algo así… Afortunadamente, no todos tenemos que llevar barba ni chalecos de punto 😉