Varias personas me han hecho esta misma pregunta en un intervalo muy corto de tiempo. La dependencia emocional es un fenómeno complejo que afecta a muchas personas. La persona que sufre de dependencia emocional pone todas sus esperanzas, su felicidad y su bienestar en manos de otra persona o personas (habitualmente, la pareja, aunque no siempre). Por ello, necesitan desesperadamente la aprobación de esa persona y sufren en exceso si son criticados o rechazados por ella.
Como es lógico, poner nuestra felicidad exclusivamente en manos de otros es arriesgado, ya que tarde o temprano van a hacer algo con lo que no estemos de acuerdo y sufriremos. Las personas que son dependientes emocionalmente
– suelen tener baja autoestima
– necesitan tener pareja prácticamente siempre
– temen de forma irracional a la soledad y el rechazo de sus parejas
– necesitan desesperadamente la aprobación, cariño, amor, compañía o la mera cercanía de su pareja
– se involucran en relaciones asimétricas, donde su pareja las domina y se encuentra en una posición de superioridad respecto a ellas
– ponen a su pareja ante todo lo demás, dejando amigos, trabajo, familia, etc., por estar con ella.
La persona dependiente emocional suele «encadenar» relaciones, todas ellas muy similares, intentando satisfacer su necesidad de afecto, compañía y aprobación. Por desgracia, suelen encontrar personas que se aprovechan de su vulnerabilidad: hay muchas personas expertas en detectar y explotar a los dependientes emocionales. Estas relaciones suelen ser dañinas y negativas para la persona dependiente, que se debate entre el sufrimiento que le produce su pareja y el sufrimiento que le produciría abandonarla. Cuando rompen una relación, tratan de buscar otra lo antes posible.
La dependencia emocional afecta más a las mujeres que a los hombres. Tal vez porque a la mujer, tradicionalmente, se le han inculcado a fuego muchos mitos sobre el amor: hay que luchar por tu pareja, debes complacer a tu hombre, tu objetivo en la vida es servir a tu familia, pensar en ti misma es egoísta.
Creo que soy dependiente. ¿Qué hago? Ante todo, debes saber que no es una enfermedad, que hay salida. Hay que cambiar viejos patrones de comportamiento y creencias, y reemplazarlos por nuevas costumbres más sanas. Analiza cómo sueles comportarte en tus relaciones de pareja. ¿Quieres seguir siempre así? ¿Alguna de estas relaciones ha mejorado tu vida? ¿Volverías a hacer lo mismo? Si realmente deseas cambiar, es importante que empieces a comportarte de otra manera. Ante todo, date un tiempo de soledad: verás que no es tan terrible. Aprovecha el tiempo para conocerte a ti mismo y para quererte un poco. Haz cosas por tí mismo, emprende actividades que te motiven, enamórate un poco de ti mismo. Cuestiónate esos mitos sobre el amor que todos hemos escuchado y que hacen más daño que otra cosa. Para poder estar bien con alguien, primero necesitamos estar bien con nosotros mismos.
Si ves que no puedes tú solo/a, los psicólogos solemos tratar casos así en nuestra consulta. No temas pedir ayuda, ya que la dependencia emocional es una carga muy pesada y dañina para quien la soporta.
PD: en este artículo he hablado repetidas veces de «parejas» y «relaciones de pareja». La dependencia emocional no es exclusiva de los amantes, sino que puede suceder entre familiares, amigos o compañeros.