Pocas cosas aterran más al hombre del siglo XXI que ser criticado. Odiamos que alguien no esté de acuerdo con nosotros, que nos diga que hemos hecho algo mal, que expresen una opinión contraria a la nuestra. ¿Por qué este temor irracional? Al fin y al cabo, no somos perfectos (ni tampoco los demás) y es un poco absurdo pensar que todo el mundo va a pensar como nosotros (¿por qué, entonces, no pensar nosotros como ellos?).
Cuando alguien nos critica y nos sentimos mal, es porque se ponen en marcha una serie de mecanismos mentales de los que casi no somos conscientes. Como casi todas las creencias irracionales, el temor a la crítica es involuntario y casi instantáneo. Ni siquiera sabemos por qué nos enfadamos; solo sabemos que no nos gusta que esa persona nos diga que hemos hecho algo mal, aunque sea alguien completamente desconocido o la crítica sea totalmente inocente. Nadie se para a preguntarse,
- ¿realmente me importa que esta persona me diga que no está de acuerdo o me critique?
- ¿tiene derecho esta persona a criticarme?
- ¿es justificada su crítica, o es simplemente por molestar?
- ¿tendrá razón? (esto no lo piensa nadie, claro)
Y otras preguntas por el estilo. Si nos parásemos unos segundos a reflexionar sobre estas preguntas, bueno… probablemente las críticas no nos resultarían tan terribles.
¿Qué hacer para afrontar las críticas? Hacerse las preguntas anteriores puede ayudar a no sentirnos mal. También hay que tener en cuenta que cualquier persona tiene derecho a mostrar opiniones diferentes a la nuestra, y eso incluye criticarnos (siempre que no sea un insulto, claro). Por lo tanto, lo ideal no es que los demás no nos critiquen, sino que nosotros mismos sepamos afrontar las críticas. Para ello podemos seguir los siguientes pasos:
1. Tratar de mantener la serenidad, conservar la calma y hablar en un tono tranquilo. ¡No pasa nada, solo es una crítica!
2. Pedir detalles. Esto es muy importante. Hay que aclarar qué es exactamente lo que ha molestado a la otra persona, cuál es su queja. Si no sabemos por qué nos critican, no podremos responder a la crítica en ningún caso. Para esto podemos usar preguntas de aclaración: «¿qué es exactamente lo que te parece mal?», «¿qué es lo que he hecho mal, según tú?», «¿a qué te refieres?», etc. Estas preguntas son muy útiles cuando nos hacen una crítica malintencionada o genérica, por ejemplo: «¡eres un desastre!». ¿Cómo vamos a responder a una crítica tan general? En cambio, si le pedimos a esa persona que nos diga exactamente de qué se queja, probablemente la pongamos en un pequeño aprieto… En este artículo hablo más sobre la importancia de aclarar lo que nos dicen.
3. Podemos hacer un pequeño resumen de la crítica, para asegurarnos de que estamos de acuerdo. Por ejemplo, «o sea que lo que te pareció mal es que no haya fregado los baños esta mañana».
4. Podemos estar de acuerdo con la crítica, o no estarlo. Si estamos de acuerdo, lo diremos. Si no estamos de acuerdo, siempre podemos decirle a la persona que está en su derecho de expresar sus opiniones, pero por desgracia nosotros pensamos de otra forma.
5. Pedir disculpas.
6. Preguntar, si es posible, qué podemos hacer para compensar nuestro error. «¿Qué podría hacer para reparar lo que he hecho?», «quisiera poder hacer algo para solucionarlo»…
De esta forma nos aseguramos de saber exactamente qué quiere la persona que nos critica y mostramos nuestra voluntad de reparar lo que hemos hecho mal. ¿Por qué no probáis a usar este sistema ante la próxima crítica que os hagan?