Ayer se han dado a conocer las conclusiones de un estudio liderado por el experto en salud pública Michael Marmot por encargo de la OMS. El estudio fue dado a conocer en un simposio sobre salud pública celebrado en Londres. Marmot es experto en estudiar los efectos sobre la salud de los factories sociales (desempleo, educación, clases sociales, etc).

El equipo que realizó el estudio ha criticado muchas de las políticas de austeridad que actualmente están tomando los países de toda Europa. Entre otras cosas, el estudio abordaba el gravísimo problema de desempleo presente en muchos de estos países, haciendo hincapié en dos aspectos: el desempleo juvenil y la precariedad laboral.

El desempleo juvenil supera en España el 52%. Es decir, 52 de cada 100 jóvenes que quieren trabajar no pueden hacerlo. Los efectos que el desempleo forzado tiene para una persona joven son graves, y pueden llegar a ser devastadores si se extienden durante meses o años. Entre los efectos más destacados están la pérdida de autoestima, la depresión, la ausencia de motivaciones para seguir y la falta de expectativas y esperanzas. También, como el propio Marmot añadió luego, están los problemas derivados de no tener trabajo: un parado tendrá más problemas para pagar su vivienda o su alimentación, por lo que es más probable que viva, duerma y coma peor. También dispone de menos recursos para realizar determinadas actividades sociales, emprender proyectos o negocios, o dedicarse a actividades gratificantes. Uno de los fenómenos que más afecta a la salud mental de numerosos parados es el tener que volver a casa de sus padres o no poder salir de ella. Se produce así una situación que merma la calidad de vida de todos los implicados, causando gravísimos problemas familiares y personales.

En resumen, la falta de trabajo merma notablemente la calidad de vida de las personas. En España, aunque tenemos una de las esperanzas de vida más altas del mundo, se están empezando a notar los efectos del desempleo. Los suicidios entre personas jóvenes han aumentado más de un 11% desde el comienzo de la crisis en toda Europa. Cabe preguntarse qué otros efectos veremos en el futuro. Michael Marmot dijo en una ocasión (refiriéndose a Reino Unido) que «el desempleo juvenil es una bomba de relojería para el sistema sanitario y social».

La inestabilidad laboral se perfila como otra de las grandes causas de infelicidad y de trastornos psicológicos. Los sueldos bajísimos, los horarios ilegales y abusivos, la falta de contratos estables o el exceso de trabajo son causa directa de depresiones, ansiedad y otros trastornos. Al final, estos trastornos acaban costando miles de millones en bajas por enfermedad y en abstinencia laboral, además del gran sufrimiento que causan a quien los padece.

El equipo de Marmot propone algunas soluciones, y todas ellas pasan por un mayor compromiso por parte de los gobiernos para mejorar la calidad de vida, la integración y la estabilidad laboral de la población. Justo lo contrario de lo que todos están haciendo ahora mismo.

Acerca de Maxi

Psicólogo General Sanitario. Consulta privada.

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